La ciudad de la Alhambra

Granada, ciudad nazarí, rebosante historia y belleza.
Para muchos, la ciudad más atractiva de toda la península. Destino en el que la cultura y el ocio se aúnan dándose la mano de forma única. Sus barrios históricos como el Albaycin y el Realejo son casi únicos, son la omnipresencia de los llamados Cármenes y la belleza de sus vistas, en unos casos a la Alhambra y la Sierra, en otros a la vega.
El pasado andalusí aún se respira en sus calles, en sus gentes. Ese matiz de mestizaje cultural que supuso una revolución que sacó de la oscuridad en la que se sumergía Europa en esos siglos con su exponente de tolerancia, mestizaje, cultura y técnica. Contemplar el agua que recorre las construcciones árabes andalusíes es toda una gozada, el ambiente que se respira hace que esta ciudad sea realmente única, diferente.
Por otro lado hablamos de una ciudad llena de vida, multicultural hasta la médula, pese a que haya quien pretenda evitar esto. Forma parte del si no de la ciudad a nivel histórico y siempre será así. La música en las calles, los bares y sus tapas, la noche que siempre es joven,... todo un sinfin de elementos que hacen que un hotel Granada sea un opción que siempre debemos tener en nuestra mente, el hecho de descubrir o simplemente volver a disfrutar de una de las ciudades más bellas y con más encanto que hayamos conocido, siempre tendrá un hueco en los corazones de quienes la conocen.
Y esto no es más que el principio, qué decir del Sacromonte, Fuente del Avellano, la cercanía tanto a Sierra Nevada como a la costa,... resumiendo, una ciudad única.
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