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El convulso mercado turístico, ajustes y el precio de una mala política. Air Comet y el Grupo Marsans.

El convulso mercado turístico, ajustes y el precio de una mala política. Air Comet y el Grupo Marsans.

La actualidad del mercado turístico general es un tanto convulsa, ¿el motivo? variable, depende del caso. Por supuesto todo lo relacionado con la crisis tiene un peso, pero su importancia varía en función de a quién haga referencia, siendo en muchos casos una carencia de estrategia adaptada a las nuevas necesidades del sector y/o una clara falta de perspectiva, o todo lo contrario si de lo que se trata es de alimentar el bolsillo propio.

 

Air Comet y el Grupo Marsans

La mayoría de los grandes problemas a nivel nacional giran en torno al Grupo Marsans, responsable como propietaria de la caída de Air Comet y de la red de agencias de viajes más antiguas en el país, por no hablar de sus turoperadores, navieras o aseguradoras.

El caso de la aerolínea viene de atrás, algo que se ha fraguado a fuego lento y que lamentablemente era bastante previsible. Quizás la primera decisión controvertida comenzó con la decisión del grupo de Díaz Ferrán de adquirir Air Madrid tras la quiebra, la misma que dejó miles de viajeros en tierra y sin solución. Este proceso suponía asumir rutas, ciertos costes,… algo de dudosa viabilidad y que debía ser un caso de estudio profundo, no una decisión sin la planificación y el estudio necesario.

El segundo problema, quizás uno de los más graves, fue el desarrollar una política que llegaba a ser denigrante para quien con ellos decidía viajar. Los cambios de horarios, la planificación de vuelos que de ante mano sabían que no iban a operar y sin embargo vendía durante meses eran hechos que estaban a la orden del día. Lo malo para los pasajeros es que la obligación de reubicarlos, pagarles las noches de hotel o resolverles los problemas de conexiones no lo consideraban una obligación, pese a ser un impositivo legal. Era más bien un: “no es nuestro problema…”, cuando realmente sí que lo era…

Un preaviso de que esa política era un grave error se dio cuando hace un año, aunque sin mucha publicidad, la IATA le retiró su respaldo, impidiéndoles volar bajo código compartido, entre muchos otros problemas que esto suponía. La aerolínea tampoco informó de esto, incluso las agencias recibieron la notificación por terceros. Era el preludio de que no acabaría el año… y así sucedió. El grupo del presidente de los empresarios españoles (no se si reflejo de una realidad o ironía) y propietario de Air Comet, pese a conocer los graves problemas de una compañía que ya aparecía rota, tomó la decisión de seguir vendiendo billetes hasta última hora con las consecuencias por todos conocidas, las cuales implican la perdida de miles y miles de euros por parte de clientes que nunca los recuperarán, pasajeros en tierra, mutis informativo,…

 

Esta agudeza empresarial también se ve reflejada en la sección base del grupo, las agencias de viajes Marsans. En un mundo que evoluciona constantemente, que exige una continua adaptación a la nueva realidad, la decisión de optar por el antiguo modelo de negocio fue su perdición. La dirección de la agencia, y en esto hay que excluir a Jose María Lucas pues parece ser que fue el único que sí fue capaz de reconocer una realidad por otro lado bastante obvia, hizo oídos sordos a los nuevos imperativos de los mercados. Decimos esto porque en un mundo que comienza a girar en torno a los mercados virtuales, la agencia más antigua no quiso, o no la dejaron, mirar hacia delante. Apenas volcó su política hacia ese nuevo entorno que es internet, quizás debió mirar a quienes comenzaban a crecer por encima suya y aprender, pero no lo hizo. Prefirió aferrarse a la vieja escuela, por no hablar de políticas de publicidad engañosa como medida para salir del agujero… grandes decisiones del “gran” Díaz Ferrán.

 Y esto no es más que la punta de un iceberg que arrastra tras de si al turoperador Mundicolor, uno de los más importantes especializados en Caribe, a la naviera Pullmantur, la aseguradora Seguros Mercurio,… por no hablar de otra de las primeras en caer, Marsans Argentina, Chile,… Quién sabe como acabará todo esto, en especial tras salir a la luz pagos de estancias a personajes de dudosa reputación, el intento de venta a sociedades fantasmas o estafadoras, el intento por parte de Díaz Ferrán y su socio de ocultar información y muchos otros actos que no hacen si no socavar aún más las esperanzas de salir adelante por parte del grupo, lo que implica a trabajadores, clientes, socios comerciales y un largo etcétera de afectados.


En próximos post intentaremos explicar la situación del sector aéreo, el hotelero y la necesidad de una readaptación del sector a la que en muchos casos, quizás demasiados, se resisten tomar, ahogando un poco más sus propias esperanzas y perspectivas.

 

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